Recientemente leí sobre las ventajas de tener dos rostros,
uno en el trabajo y otro con los amigos o mejor dicho, lo que mostramos en
nuestro hábitat casero y lo que dejamos ver en al público.
Si eres como yo, seguramente la idea de tener dos rostros te
resulte repugnante en vista de que la hipocresía no es una virtud que merezca
ser alabada y mucho menos promovida, no importa si se trata de una u otra
situación.
De hecho, uno de los mejores consejos que he recibido fue,
puedes pretender ser algo que no eres pero un día tu verdadero yo saldrá a la
luz y cuando salga lo hará potenciado. Eso mismo le sucedió a una persona que
conocí, ella siempre modulaba su voz para sonar más femenina (hablaba
suavemente y bajo) y también para aparentar ser rica –sin comentarios sobre
esto último- bueno, la cosa es que un
día ella se enojó con otra persona y su voz y modales cambiaron y eso fue un
completo UPSS para ella.
La gente dejó de creer en ella, de un día para el otro, todo
lo que ella decía así fuese verdad sonaba a mentira y como “Pedrito y el lobo”
colorín colorado este cuentito no terminó con un vivieron felices para siempre.
Afortunadamente, tener una imagen profesional no implica fingir
nuestra voz, hacernos una cirugía para cambiar aquellas cosas que a los demás
no les gustan ni aprendernos un rol ;a no ser que seas actor entonces lo de
aprenderte un rol si viene a cuestión.
Guardar una cierta apariencia supone ajustarnos a reglas de
convivencia básicas que a pesar de ser tan elementales muchos olvidan y ello
los lleva a perder oportunidades grandísimas.
Algunas de estas cosillas básicas implican:
No hablar mal de los
demás ni de tu trabajo- esto es algo que se ve en todos los días y que la
gente insiste en mantener. Hablar pestes de tu compañero de trabajo no va a
lograr que te promuevan; sólo lograras atraer atención negativa, la gente
comenzará a cuidarse cuando habla contigo y dará por entendido que hablas mal
de todo mundo.
Tampoco hables mal de tu trabajo porque A- es tu sustento y
B- es tu sustento
Así que deja el
chimento para los programas de espectáculos y rodéate de pensamientos positivos
y productivos.
Mantén ciertos
códigos de vestimenta- la idea de ser creativo con la moda me parece genial
pero si eres una abogada no podrás presentarte a un juicio con una réplica de
alguno de los tantos atuendos de Lady Gaga ni con una capa de superhéroe, deja
a Batman en la baticueva y saca a tu Bruno Díaz.
Jugar, chatear, y
demás online etcétera- eso no solo crea una pobre imagen profesional de
nosotros mismos sino que además puede ser un terreno peligroso. Digamos que lo
haces en tu tiempo libre, cuando no hay ningún cliente a quien atender, incluso
así no es algo bueno puesto que todo lo que hacemos online queda registrado y a
nadie le interesa nuestro tertulio romántico con el muchacho de la pinturería
verdad? . En el caso de que lo hagas mientras estás trabajando, bueno, eso es
una especie de suicidio profesional, deberías estar trabajando!! Si te aburres
llévate un buen libro, de esa manera no tendrán nada que recriminarte.
Reconoce tus errores
y no discutas el trabajo que te fue asignado- errar es de humanos, frase
trillada si las hay pero certera, nadie espera que seas una máquina y nunca te
equivoques así que aprende a reconocer tus errores y pide socorro cuando sea
necesario.
Si discutes el trabajo que te fue asignado no solo estarás
discutiendo tu capacidad sino las órdenes de tu jefe y eso nunca se ve bien.
No te enojes y acepta
las críticas- veamos , creo que al 99% de las personas no le gusta que les
digan estás equivocado, pero puede no gustarte y aún así aceptar la crítica de
forma de terminar aprendiendo algo que puede ser muy valioso para tu futuro.
La respuesta equivocada es enojarse, hacer ,muecas y lo que
es peor gritar, azotar puertas y hacer un verdadero berrinche ante algo que no
nos gusta.
No comas en la
oficina- me declaro culpable de este último, pero en mi defensa digo que
todos lo hacíamos (hora de tomar la merienda) y que mis jefes participaban del
snack . Claro que si el ambiente comilón no es potenciado y apreciado por tu
jefe, yo no lo recomendaría. No lo sugiero debido a que a nadie le gusta
aumentar de peso y personalmente no conozco ninguna oficina donde se coman
ensaladas o futas a la hora de tomar un tentempié. Así que no seas malito y no
tientes a tu compañero a comer esas deliciosas galletas con chispas de
chocolate que a más de uno nos hacen agua a la boca.
Estas cosas me parecen fundamentales para la convivencia y
no creo que impliquen ser hipócrita. No es lo mismo ser Miss dulce de leche por
las mañanas y la bruja mala del norte por las noches.
Sé tú mismo y deja ser a los demás, considerándolos como lo
que son, semejantes a ti!!.
Buenas noches!!
photo credit: <a
href="http://www.flickr.com/photos/ireninach/4385391515/">Irene
Chaparro</a> via <a
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