Es increíble cómo pasa el tiempo, pareciera que ayer fue el
primer día pero ya estamos llegando a julio y eso significa dos cosas: 1-examenes
y 2 un nuevo semestre con nuevas materias.
Si bien en todos los años vas a encontrar materias anuales
y semestrales, son estas últimas las que bajo la apariencia de rápidas y
fáciles pueden llegar a convertirse en “rápidas y furiosas” (chiste innecesario
pero muy tentador para dejar de lado).
Estas materias implican todo un nuevo escenario ya que
tendrás que aprender lo mismo o más que las anuales en cuatro meses. Para los
que estudiamos abogacía un ejemplo claro de ello es Internacional Público o
Contratos, son materias kilométricas y hay que hacer malabares para poder
estudiar todo el programa en tan poco tiempo.
Además de ese pequeño detalle, un nuevo semestre significa
también conocer gente nueva, fiestas de mediado de año, reuniones, etc, sin
mencionar los exámenes de las anuales y de estas nuevas materias.
Pero no te preocupes, aquí van algunos datos para no
enloquecerte:
Primero, no es el fin del mundo y de todos modos, la tortura
no durará mucho. Lo que tienes que tener bien en claro es la organización y afortunadamente, nunca
es tarde para volverse organizado. Es importante tener un plan, es decir,
pensar en qué materias vas a rendir, y mentalizarte en salvarlas.
Segundo, ir a clase,
muchas veces hace frío, llueve o simplemente la cama nos acuna en sus brazos y
es demasiado duro abandonarla. Pretextos siempre se encuentran pero ir a clase
es vital y confieso que muchas veces yo prefería no ir a clase y quedarme
estudiando en casa, pero en verdad, me quedaba en casa sin tocar un libro y
arrepentida por no haber ido a clase. Lo bueno de ir a clase es poder conocer
al profesor, a tus compañeros de clase y sobretodo, entender cómo se maneja el
profesor, cómo serán los parciales, etc.
Además ir a clases te da la oportunidad de participar, lo sé, intervenir en una
clase abarrotada con cientos de ojos sobre ti, no es algo que le apetezca a
todo el mundo, pero al final vale la pena porque ese profesor ya te conoce y no
importa lo que digas en ese momento, probablemente a la hora del examen ni siquiera
lo recuerdo, pero sabes qué? Si recordará tu cara y eso siempre es un punto a
favor.
Tercero infórmate
de antemano pero no te creas todo lo que te dicen, las versiones cambian dependiendo de cómo le
fue a tu informante con ese profesor/a, por eso es importante que vayas al
menos por 2 o 3 clases y después decidas si te quedas con ese profesor o
cambias. Cambiar de profesor no es malo, de hecho es supervivencia básica en
algunos casos, yo lo hice en varias oportunidades y no me arrepiento.
Cuarto no te confíes,
semestral no es sinónimo de paseo al campo, si no te comprometes a salvarla
será un paseo sí, pero a un campo de batalla.
Si tienes algún otro consejo no dudes en comentar, adoro sus
comentarios!!
Besotes
<a
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title="Library por JanneM, en Flickr"><img
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