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sábado, 8 de junio de 2013

SOMOS COMO NOS DESCRIBIMOS





 Hace poco tiempo me dí cuenta de una cosa, que las PALABRAS CUENTAN  tanto y como las acciones.  Esto porque siempre me encontraba hablando con un tono de inferioridad acerca de mi misma, como si estuviera pidiendo permiso cada vez que tenía una idea. 


Mientras otros “conseguían tal o cual cosa” yo “trataba”; mientras a otros les había ido bien, a mí más o menos; es que siempre me enseñaron a no ostentar cuando conseguía alguna cosa, o acerca de lo que tenía.

Por suerte, también me enteré que no soy la única en hacer esto y que aún estoy a tiempo para evitar seguirme auto saboteando porque hay una gran diferencia entre “logré” y “trabajé duro para conseguir X cosa” puesto que eso es lo que pone distancia entre la niña y la mujer.

Sras, no estamos en una competencia de simpatía y esta regla se aplica tanto a la facu como al trabajo; si no evitamos comportarnos como niñas exploradoras no importará cuánto maquillaje, ropas lindas, etc. usemos, la gente nos tomará como tontas y probablemente no obtengamos aquello por lo que tanto luchamos.

Siempre tenemos que referirnos sobre nosotras como ganadoras, NO HAY NADA IMPOSIBLE; claro que el exceso de confianza también puede ser algo malo, pero es peor comportarnos como pequeñas que necesitan protección,  ya que eso implica que en vez que ser la solución, somos el problema.

Yo siempre usaba mucho maquillaje y me vestía como “adulta” eso porque tengo el complejo del  metro 63cm, lo que implica que la gente te ve como a una chiquilla y generalmente te tratan como tal, a no ser que “te pintes como una puerta” y uses ropa de “adulta”. De todas formas, eso no evitó que yo siguiese actuando conforme a mi edad, porque eso de vestirme “bien” es algo que llevo desde la adolescencia ya que mis padres siempre enfatizaron que debía lucir profesional, así que siempre fui la disfrazadita del liceo en los días en que se nos permitía ir con ropa de calle en vez de con el uniforme.

Debido a esa crisis de la moda en mis años de adolescencia, mi estilo ha ido variando hasta acomodarse en algo que considero “propio”. Pero en lo que refiere a “actitud” creo que estoy lejos de ser esa mujer confiada que muchas veces traté de proyectar por eso estoy decidida a seguir algunos pasos:

1.Resaltar los resultados no el proceso-  no importa cuánto nos costó llegar a una determinada conclusión o como hicimos para resolver el caso, lo que cuenta es que lo resolvimos y eso es lo que debemos usar en nuestra defensa. Lo mismo si somos abogados, no importa si trabajamos en mil estudios sino los logros que tenemos en nuestro haber; el valor agregado que tenemos y que le daremos a nuestro jefe potencial si nos contrata.

2.Ser más individualistas- millones de veces sentí la obligación de destacar el trabajo en equipo en vez de mi aporte, eso hasta que me cansé de que algunas de las personas de mi equipo no hicieran nada o que trataran de competir conmigo en vez de buscar una meta común. Como consecuencia ahora destaco mi trabajo e incluso separo mi trabajo a pesar de estar haciendo un proyecto en equipo, esto les fascina a los profesores y a los empleadores que te tienden a ver como alguien que puede cooperar pero que al mismo tiempo tiene ideas propias.

Finalmente, 3 Cambiar mi forma de hablar- eso quiere decir, no usar palabras como “podría” y  “debería” que indican que aún no hemos terminado de hacer nuestro trabajo; otras como “ayuda”, “apoyo”, etc. Reflejan un gran deseo por convertirnos en quien trae el café para el resto de los miembros del equipo.
Por eso de ahora en más voy a comportarme como una mujer y dejaré de lado a la niña exploradora.

Qué hay de uds? Comenten!!!

Besis


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